lunes, marzo 10, 2008

LOS ZAPATEROS SE FUERON, CADA UNO CONFIADO EN EL PASO FIRME DE SUS DECISIONES


En ese momento para los zapateros un desierto hubiese sido más agradable que ver cómo de un momento a otro su callejón pasó de ser visitado a diario por miles de personas a sumirse en una soledad abrumadora en medio de restos de viejos zapatos que parecían reclamar a sus dueños.

Aunque el pasado domingo dos de marzo el desalojo de ese espacio público en el Centro Histórico, conocido como el Callejón de los Zapateros, se hizo de forma pacífica y voluntaria por parte de estos trabajadores informales, ellos no podían ocultar esos sentimientos de tristeza y nostalgia que les generaba tener que despedirse de un lugar de trabajo que para la mayoría de los treinta y tres zapateros se había convertido en su segundo hogar.

El pasado gobierno de Nicolas Curi había decidido despejar este callejón para uso exclusivamente peatonal en vista de la construcción y próxima implementación del nuevo sistema de Transporte Masivo Transcaribe para Cartagena, que implicará un mayor flujo de personas en ese sector.

Con esta decisión hecha realidad ya el lunes muchos fieles clientes de los zapateros pasaban por el callejón con cara de asombro e inmediatamente lo primero que se preguntaban era dónde estarían sus zapatos y sobretodo dónde estaría su zapatero de confianza.

Sin duda remendar zapatos es un oficio que le asegura a cualquiera que decida hacerlo un trabajo constante pues siempre existirán zapatos que aunque se hayan despegado aún no vale la pena desechar. Pensando en esto algunos de los zapateros luego de recoger sus pequeños locales de madera lo primero que hicieron fue escribir en la pared sus nombres y números telefónicos con letras grandes, para asegurarse que la sorpresiva noticia en sus clientes fijos, no fuera impedimento para proteger sus pies al arreglar e incluso hacerles nuevos zapatos.

El desalojo propicia inevitablemente un cambio en la vida de los zapateros. Muchos de ellos trabajaron por más de 20 años en este lugar y algunos heredaron la vocación y humildes locales de sus padres.

Su futuro será el resultado de las decisiones que comienzan a tomar a partir de este momento. La opción que el Distrito les propuso fue un Plan de Reconversión Económica.

De los treinta y tres zapateros, treinta se acogieron a dicho plan y al desalojar el lugar recibieron un subsidio o reconocimiento inmediato de 15 salarios mínimos legales, que equivalen a un aproximado de 6.500.000 pesos.

“A aquellos zapateros que hayan hecho curso de capacitación con el SENA, y que se hayan acogido al Plan de Reconversión también se les facilitará un micro-crédito por 3.500.000 pesos con el apoyo de las empresas Indufrial y Siembra Futuro”, explica el actual Jefe de Espacio Público del Distrito, Carlos Julio Milano.

Los zapateros tenían conocimiento de otro estímulo desde hace un tiempo, un centro comercial próximo a inaugurar en las instalaciones del antiguo Almacén Decormuebles. A partir de su reapertura se llamará Centro Comercial Nueva Colombia y los zapateros tendrían la opción de comprar locales más amplios y modernos.

A algunos ni siquiera la plata los convenció

El proceso de desalojo y entrega de dinero se formalizó con un documento conocido como el Acta de Transacción, donde el Distrito se compromete a entregar los 15 salarios mínimos a quienes estuvieran de acuerdo y el micro-crédito a quienes cumplieran los requisitos. Por su parte los zapateros se comprometen a no demandar al Distrito por el desalojo de ese espacio público.

Como en toda historia hay algunos en desacuerdo, los tres zapateros que no aceptaron el subsidio. Ellos argumentan que al firmar el acta de transacción y recibir ese dinero además de comprometerse a no utilizar más nunca ningún espacio público para poner su negocio, tampoco se les permitía comprar con dicho dinero ningún local en el Centro Comercial Nueva Colombia.

Su argumento se basa en que aún con todo ese dinero no iban a poder trabajar en el centro, pues no tendrían acceso al espacio público y mucho menos a un local legal a tan bajo precio. Por esta razón ellos prefirieron no aceptar el dinero y mudarse de inmediato a otro punto del centro que también figura como espacio público.

¿Mentalidad empresarial?

Orlando Jiménez es uno de los zapateros que se acogió al Plan de Reconversión Económica. Está de acuerdo con esa decisión del gobierno pues cree que fue la única forma de lograr un cambio significativo en su diario vivir.

Para lograr ese cambio Jiménez lo primero que hizo al recibir el dinero fue invertirlo totalmente en maquinarias nuevas.

Aunque la preocupación inmediata de estos zapateros no era renovar su equipo de trabajo sino encontrar un lugar estratégicamente ubicado desde donde ofrecer sus servicios, Jiménez además de ser el único en invertir todo su dinero y quedar sin un peso, también, al igual que otros tres zapateros, pretende comprar un local de diez millones de pesos del Centro Comercial Nueva Colombia por medio de una financiación por diez años prometida por Carlos Milano.

Ante esa promesa Francisco Mejia, dueño del kiosco de jugos El Pacho ubicado al finalizar el callejón de los zapateros, compara a Carlos Milano con otros funcionarios y está convencido que él está más dispuesto en atender estos temas.

“A mi también me toca desalojar dentro de poco este espacio, yo se que uno no debe estar en estos espacios, por eso a ese señor lo trato muy bien para encontrar la mejor solución porque yo no tengo plata para reubicarme, ojalá a ultima hora no se me vaya a torcer como los demás” comenta Mejia.

Encima del problema

Luis Botet es un zapatero que tiene 21 años de estar trabajando en el callejón desalojado. El reconoce que reubicarse no será lo mejor para ellos pues es un dinero extra que les toca asumir.

Sin embargo como representante de los zapateros se acogió al Plan de Reconversión y ha estado en constantes reuniones con el Jefe de Espacio Público con el fin de ir más allá de la imposición del gobierno por medio del diálogo de los temas de forma clara.

“Tenemos que reunirnos esta misma semana, a más tardar el próximo lunes, para concretar todo”, le dijo en todo convencido Bonet a Milano.

Esta reubicación, presentes y futuras decisiones del actual Jefe de Espacio Público y las opciones escogidas por estos trabajadores informales determinarán su futuro, el de sus familias y, sobretodo, definirán el uso de los espacios en el concurrido Centro Histórico de Cartagena.

LOS COLORES DEL BARRIO, UN ARTE CERCANO

Mientras muchos artistas exponen sus creaciones en tradicionales salones fríos de paredes blancas con vino tinto como aperitivo, Los colores del barrio lo hacen junto al mercado de santa Rita en Torices y prefieren celebrar con jugo, gaseosa o cualquier otro refresco.

Los colores del bario es un grupo artístico fundado por Luis Herazo y Melvin Lans, que nació a finales de la década del ochenta con el fin de promover el arte en Cartagena y descentralizarlo de las típicas exposiciones en el Centro Histórico con muestras en diferentes lugares de la ciudad.

El grupo está conformado por seis personas, Jorge Ramos, Juan Carlos Mendoza, Rodrigo Caballero, Helmut Acosta, José Maria Martínez y Alberto Gonzáles, todos hombres maduros que alternan el arte con otros oficios de los que dependen económicamente.

Luego de tanto tiempo, cada uno ha tenido la oportunidad de encaminar sus obras pictóricas hacia una técnica, movimiento, estilo e inspiración diferentes.

Jorge Ramos empezó con el realismo, tendencia donde la imagen tiene total similitud con lo real. Pronto sintió que no estaba haciendo un verdadero arte y decidió cambiar por algo menos mecánico para su estilo.

Como resultado nacieron hace un año dos de sus obras más representativas, aquellas que considera como unas hijas que se desprendieron de él. Con estas pinturas tituladas Relación de anexo y Mimitismo y encasilladas dentro de la categoría de arte abstracto figurativo, Ramos no renuncia por completo al realismo, pues aún acude a figuras concretas, pero ésta vez lo hace en términos mucho más abstractos.

Lo cierto es que ambas obras tienen un buen manejo de colores cálidos, proyectan madurez, originalidad e incitan en el espectador un esfuerzo por saber qué se esconde detrás de ellas, pues contienen un mensaje subliminal con propósitos positivos por parte de su autor.

Su preocupación es la pérdida de la urbanidad y las buenas costumbres en nuestra sociedad actual (Relación de Anexo), lo que se traduce en mayor inseguridad y afán por ocultarse de las personas que pueden hacernos daño (Mimitismo).

Sin embargo dudo que dichos propósitos logren ser interpretados por todo aquel que aprecie ambas obras pues su carácter abstracto permite que nos imaginemos cualquier infinidad de cosas.

En cuanto a la técnica, Ramos utiliza el óleo y para la obra Relación de Anexo en vez de utilizarlo sobre lienzo, lo utilizó sobre un plástico transparente para completar la serie de la obra al respaldo de la misma. Con esta idea el artista pretende en una próxima exposición hacer una instalación con dicha obra donde el espectador pueda mover el cuadro y ver la pintura que hay en cada uno de sus dos lados, lo cual resulta bastante creativo.

Y del arte abstracto figurativo de Ramos pasemos al primitivismo de Juan Carlos Mendoza, uno de los integrantes más antiguos del grupo que reconoce seguir en una etapa investigativa y de reflexión para saber cuál es la mejor manera de encaminar su trabajo artístico.

La intención de Mendoza con sus obras es comunicar las vivencias, las costumbres y la cotidianidad, para ello recurre a un estilo primitivista donde saca dentro de sí su toque ingenuo e infantil sin tener en cuenta ningún tipo de reglas artísticas con pinturas que hacen referencia a cosas concretas y fáciles de determinar, como por ejemplo una palmera, pero que al contrario del realismo, no se ven tal cual como una palmera real.

Las obras de Juan Carlos además de primitivistas, llegan a ser extremistas e idealistas pues presentan un mundo muy irreal, inalcanzable para muchos en la actualidad y sobre todo en Cartagena. Refleja paisajes naturales mágicos extremadamente tranquilos y con formas de vida campestre que a muchos cartageneros les es imposible tener.

Sus obras serian fácilmente justificables si su intención fuera simplemente lograr en el espectador una paz interior, por lo menos momentánea, sobretodo con la obra Tarde de Pesca, donde se aprecia gran pulcritud cerca al cerro de la Popa.

El hecho de continuar en ese proceso y no haber llegado aún al punto que anhela alcanzar se ve reflejado en sus pinturas.

En el grupo, además hay espacio para los amantes de la naturaleza, Helmut Acosta y José Maria Martínez, quienes están más inclinados hacia los temas ecológicos. Helmut por su parte, utiliza técnicas que van encaminadas a la preservación de la naturaleza.

En vez de trabajar sobre lienzo, prefiere hacerlo sobre un pedazo de tabla desgastada y rajada, tal como lo hizo con su obra Tour por las Aguas de Cartagena. El contenido de la pintura hace alusión a lo percibido por él en las aguas de la Bahía y el caño de Juan Angola de Torices. Ésta obra muestra realidades como la fuerza que ha tomado la economía informal, más conocida como el “rebusque”.

La originalidad de su técnica reciclable puede hacer que el espectador piense que su obra se ha desgastado con el tiempo, aunque esa no sea su intención.

José Maria Martínez aplica su propio abstracto figurativo con un mensaje contundente, por más abstracto que parezca en un principio. Con la obra Naturaleza Intervenida se nota claramente una planta envuelta por tuercas. Todos sabemos que los avances de la industria y la tecnología llegan incluso a opacar la vida y función de la naturaleza.

Esta obra de entrada es impactante, tiene vida, tiene movimiento y pareciera que la planta intentara sobrevivir ante la imposición de las tuercas.

En una ocasión el grupo Los Colores del Barrio tuvo la oportunidad de demostrar su talento frente al público del mercado de Santa Rita en Torices, al dibujar de manera alusiva a la naturaleza en los muros de esa plaza. En esa ocasión Martínez ocupó una pared con una obra espontánea con la que quiso predecir el futuro del cerro de la Popa.

Se aprecia en una foto de esa obra un panorama tétrico de ese posible futuro de la Popa, una sequía absoluta, algo que a cualquiera le haría sentirse parte de ese entorno tan cartagenero que debemos ayudar, en la medida en que podamos, a conservar.

Rodrigo Caballero es otro de los integrantes del grupo. Su obra Casas de Madera es una serie donde se destacan dos pinturas cuyo origen fue una de las facetas de la vida de Caballero en el barrio La Paz y Loma Fresca.

Aunque es el único del grupo que no estudió nada relacionado con el arte, logra con Casas de Madera, alrededor de una escala de grises, resaltar en negro aquello que no queremos aceptar, la miseria absurda de dos niños tirados en el suelo, uno de ellos cuando hace sus necesidades fisiológicas en plena calle con un panorama de extrema pobreza a su alrededor.

Seis propuestas de arte popular, cartageneros experimentados, trabajadores, que más allá del contenido de sus obras artísticas lo que han logrado es involucrar a la gente común en temas artísticos que, por lo general, sólo lo disfrutan ciertas élites. Y aunque el arte no es precisamente el que les da de comer, sí es el que los motiva a seguir viviendo.

El Sentido Está En Lo Flexible

Cada mañana nos levantamos y cumplimos con nuestra rutina diaria, a veces con el objetivo de hacernos sentir ante los demás como personas importantes o simplemente porque toca vivir.

En todo caso, con la evolución de nuestro planeta en cuanto a sus creencias, estamos en una constante lucha de plantear cómo deben ser las cosas, cómo debe ser nuestro comportamiento, qué es lo bueno y qué es lo malo, y así muchas reglas que rigieron durante un largo tiempo ya han sido modificadas varias veces, aunque otras siguen vigentes desde que nació el universo.

Pienso que el sueño de las personas está más guiado a alcanzar la felicidad, pero por medio de la prosperidad económica. Es por eso que vemos que los que han escogido formarse como abogados se encargan de hacer “justicia” y se centran principalmente en dos aspectos, el de encierro-libertad y el económico, siempre tratan de liberar a una persona de la cárcel o solucionar problemas de bienes capitales en cuanto a lo que le corresponde a cada quien según las reglas normales ya establecidas.

No estoy diciendo que no se encarguen de otros temas sino que esos son los centrales, de los cuales se derivan los demás asuntos.

Lo importante es saber lo inseguras que pueden ser las reglas de la sociedad, puede que éstas estén correctamente planteadas, puede que no, pero en realidad sería muy aburridora una vida completamente segura en cuanto a los comportamientos adecuados. Las personas muchas veces rompen las reglas porque saben que hay posibilidad de que éstas no sean ciertas, pero si supieran que dichas reglas son 100% ciertas nunca irían en su contra.

En este mundo es muy difícil, y siempre va a serlo, que todos se pongan de acuerdo, claro que eso no quiere decir que sea imposible, si la cultura en general de una ciudad está bien establecida y todos están de acuerdo con esos parámetros, se vivirá más armoniosamente la vida. Qué importa si los parámetros y reglas son ciertos o falsos, lo importante es que todos estemos de acuerdo y sintamos una paz y una armonía constante. Es en esto donde gastamos nuestra energía y, en últimas, en qué otra cosa podemos hacerlo sino es en eso?.

Claro que también es importante darle un toque picante a la cena muy de vez en cuando y es allí donde se rompe una de dichas reglas, tapando el hecho con una máscara que es la diversión de evitar que nos descubran, siempre con el mismo fin de alcanzar una buena vida.

Qué más da si somos una copia de las creencias si de todas formas al momento de nacer no teníamos una estructura y una personalidad formal, necesitábamos alimentarnos de otras reglas. Igualmente al crecer nosotros mismos nos domesticamos y nos entrenamos constantemente para cumplirlas pero terminamos en algún momento desviándonos del camino “normal”, sin querer decir con eso que hayamos cambiado de opinión.
“El sentido está en lo flexible, pero esa flexibilidad
no debe nunca hacerle daño a los demás”

Cada Quién Hala Para Su Lado

Si se hace un análisis detallado de los comportamientos que tiene una persona para con las demás, no es difícil darse cuenta que por lo menos una de esas tantas acciones que todos realizamos en el transcurso de nuestras vidas va encaminada al beneficio propio, sobretodo aquella actividad en la que se usa la palabra o el habla. Ninguna persona, ni el más santo de los santos deja de verse involucrado en ese "egoismo", sin embargo su intensidad variará según las personalidades.

Para sustentarlo retomo algunas palabras usadas por Humberto Eco en El Espectador, sección de opinión, en un artículo titulado “Ser alguien”, donde critica al autor del libro “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”: “...el problema no es encontrar amigos porque la amistad es una fuente de satisfacciones, sino convencer a los demás de que nos consideren sus amigos para poderlos manejar y así conseguir (nosotros, no ellos) el éxito al que aspiramos legítimamente”.

Existe un caso en donde es necesario o, más bien, obligatorio romper la regla y es en el ejercicio del periodismo. No sabría a ciencia cierta si existen otros oficios en donde también se deba actuar olvidando el beneficio propio, pero lo que sí aseguro es que en el periodismo comportarse de esa forma es una cuestión de ética.

Tampoco sabría decir si dentro de la ética de un ciudadano común se considere incorrecto, por así decirlo, usar las acciones con las otras personas pensando sólo en el yo porque se supone, y ya lo dije en un principio, que todos alguna vez lo llegan a hacer y algunos hasta lo hacen constantemente, lo que se establecería como un comportamiento universalizado y, por tanto, común. Teniendo en cuenta que “la ética parte de esos juicios morales sobre los que existe un consenso universal, no porque ese consenso les dé validez a los juicios, sino porque ese consenso revela la existencia de una conciencia común de lo que se ajusta o no a la naturaleza de las cosas”1.
Esa posición nos deja la duda sobre si lo que va acorde a la ética es actuar con naturalidad y sin ningunas intenciones o intereses o, más bien, organizar las cosas y las palabras de manera que se obtengan beneficios a partir de éstas, como lo hacen la mayoría de las personas comunes.

La ética es una ciencia que estudia los valores y los pretende hacer cumplir. Un valor equivale a “la propiedad que adquiere una cosa o una actitud para alguien porque responde a una necesidad”. Esta última definición es un tanto egoísta porque habla de lo que yo necesito, de lo que me pueda beneficiar a mí y está acorde con el beneficio propio a través de las acciones y del habla, lo que nos deja la duda de si esa forma de actuar, antiética para muchos, también tendría la posibilidad de considerarse ética y correcta.
El periodista no puede convertirse en un estratega que manipule las cosas con el fin de obtener resultados que beneficien o perjudiquen a alguien.

Un ejemplo perfecto para mostrar la forma en que se puede violar la ética acorde con el periodismo es el del escándalo por el manejo de los medios en Estados Unidos presentado en el artículo “El periodista falso de Bush” del Espectador. En dicho artículo se explica la situación de un supuesto periodista que siempre asiste a las ruedas de prensa en la Casa Blanca. La frase más contundente del artículo fue: “Cada vez que un periodista ponía en aprietos al vocero presidencial, este hombre salía en su rescate y cambiaba inmediatamente el tema”.

En ese caso el supuesto periodista, el vocero presidencial y el mismo presidente Bush estaban buscando un interés particular, algo que los favoreciera a ellos, que les diera un status mayor delante de los demás y que evitara sus propios perjuicios, lo cual es inconcebible en la labor periodística.

Como ya se sabe el periodista tiene una gran responsabilidad ética, pero esa ética no es algo intangible, no es inactivo, todo lo contrario, “la ética es una ciencia práctica porque se refiere a las acciones de la persona que son controladas por la razón y por la voluntad del hombre cuando éstas actúan libremente”.

Al tener el periodista responsabilidad ética tiene, a su vez, responsabilidad en la práctica, en la acción y en la construcción de la convivencia y más aún de una verdadera ciudad.

Una ciudad organizada y bien estructurada en donde existan personas comunes que hale cada una para su lado, pero sin perjudicarse unas a otras, se puede ver retrasada y paralizada por la acción de un periodista si éste no sigue los principios éticos ya mencionados.
Si ejerce su profesión en pro de su beneficio o el de alguien más, significaría el perjuicio de otro en cualquier caso, característica diferente a la de un ciudadano común, y además significaría el descuadre de la ciudad, la desorganización, la falta de ambientes comunes y propicios para relaciones entre distinto tipo de personas debida a la toma de malas decisiones políticas o gubernamentales.

Una ciudad puede llamarse de esa forma sin serlo en realidad, puede tener elementos que no cumplan la función social para la que fueron construidos, una función de unión y de confrontación natural, y en eso los medios de comunicación y los periodistas tienen mucho que ver. Las personas muchas veces se quejan de las cosas y no se animan a actuar para cambiarlas y los medios deberían ser propulsores de ideas que eviten las medias verdades.

En este mundo donde cada quien alguna vez ha halado para su lado, los medios de comunicación deben ser la carga opuesta, aquella que equilibre y fundamente los principios éticos.
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1. Ética para periodistas. Capítulo 1:Introducción a la ética. Pág. 18